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Fraudes inmobiliarios y como prevenirlos


Orden Legal

 

Por: Armando Lares.



Según la etimología la palabra fraude viene del latín, “fraud” o “fraudis” que significan engaño y en su adaptación al lenguaje jurídico es un daño derivado de un engaño, esta conducta está tipificada en el código penal federal y local donde de manera expresa se estableció que:

 

“Comete el delito de fraude el que engañando a uno o aprovechándose del error en que éste se halla se hace ilícitamente de alguna cosa o alcanza un lucro indebido”

 

Actualmente esta actividad ilícita se ha diversificado por lo que hoy existen varios tipos de fraude, que van desde las llamadas de extorsión, las pirámides financieras, los montadeudas, el robo de identidad entre otros.

 

El sector inmobiliario no está exento de este delito, por el contrario, es uno de los más afectados siendo los más comunes los fraudes por:

 

Enganche o anticipo: El estafador solicita un pago inicial sustancial para venderte una propiedad, pero desaparece una vez que recibe el dinero sin entregar la propiedad.

 

Escrituras o título de propiedad falso: Se falsifican documentos de propiedad y los presentan como legítimos para vender un inmueble que no le pertenece.

 

Doble venta: Cuando se vende una propiedad a dos o más compradores diferentes.

 

Valoración inflada: En este tipo de fraude se realiza con un avalúo muy elevado de una propiedad para obtener un préstamo hipotecario más grande o para obtener un mayor lucro sobre la venta.

 

Fraude al rentar: En este tipo de fraude, los estafadores se hacen pasar por propietarios o agentes de alquiler y solicitan pagos de depósito o alquiler por propiedades que no les pertenecen.

 

Casas adjudicadas o cesiones de derechos: Normalmente son propiedades que se encuentran en litigio y son ofrecidas a un precio muy por debajo del mercado en algunas ocasiones pueden no ser viables para su compra.

 

Estos son solo algunos ejemplos de fraude inmobiliarios. Prevenir un fraude inmobiliario implica ser consciente de las posibles señales de advertencia y tomar medidas para protegerse. Aquí tienes algunas recomendaciones:

 

Investigación previa a la operación: Investiga exhaustivamente el título de propiedad y consulta registros públicos para confirmar el historial de la propiedad.

 

Trabaja con profesionales confiables: Contrata a agentes y abogados inmobiliarios confiables y bien establecidos de preferencia que cuenten con registro ante el padrón estatal.

 

Inspección física de la propiedad: Realiza una inspección física de la propiedad para asegurarte de que coincide con la descripción proporcionada, así como del estatus de la posesión.

 

Evita transacciones en efectivo: Evita realizar transacciones en efectivo, ya que son más difíciles de rastrear o comprobar, de preferencia utiliza métodos de pago seguros y documenta todas las transacciones.

 

Cuidado con las ofertas demasiado buenas: Sé cauteloso si la oferta parece demasiado buena para ser verdad. Desconfía de las transacciones con descuentos significativos sin una razón clara. (“Casas adjudicadas” sin sentencia o en litigios dudosos).

 

Verifica la identidad de las partes: Confirma la identidad de todas las partes involucradas en la transacción. Asegúrate de que los vendedores tengan derecho legal para vender la propiedad.

 

Denuncia actividades sospechosas: Si observas actividades sospechosas o crees que podrías ser víctima de fraude, informa a las autoridades y busca asesoramiento legal.

 

La prevención es clave, y la diligencia debida es esencial al realizar transacciones inmobiliarias. Estar informado y trabajar con profesionales de confianza puede ayudar a reducir significativamente el riesgo de ser víctima de un fraude inmobiliario.

 

Si aún tienes dudas o necesitas más información, visita mi sección de preguntas frecuentes o contáctame para una asesoría personalizada.



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